Sentidos extraños


Quién habría de saber que un poseso impulso sería tan artista
como un desventurado creador.
Es decir, no porque la rosa sea rosa, la llamamos rosa
sino que la luz es luz y el fuego da luz.
Sin embargo decimos
fuego, flama, llamita, deseo
y en ese puntual segundo nos alumbramos por la brasa y somos capaces de pensar:
quizás, rosa, solo indique un estado fortuito de las cosas.
Del mismo modo podríamos deducir:
-afuera el sol si fuera de fuera-, bajo una lluvia melódica o, que el abecedario no sea más que un bosque de abetos.
Habría que insistir, porque eso que hace de la distracción su noche, y del odio extirpa amor, y es pan, y suele ser frío, incluso torrente y...
...
preguntaron: si era flor o pájaro,
y logramos contentar a los ineptos:

es sólo un pájaro en flor.