Ahí



Desde el borde sobrecogido de las revelaciones
observé a los pescadores
echar sin descanso a las alturas
la amplitud convulsionada de las redes

los vi apresar en su tejido
islas, atardeceres y bandadas

descubrí que arrastran plenamente
a la profundidad de la corriente algún paisaje
para ofrecerlo, encendido todavía
a la sofocante oscuridad de los ahogados.